Motívate 

En estos tiempos se habla con mucha frecuencia del éxito profesional y todo lo que conlleva alcanzarlo, pero es importante considerar que la motivación es esencial para ser exitosos. Si no existe motivación, es muy poco probable que alcancemos el éxito que anhelamos, ya que según Trechera (2005) motivación, etimológicamente, procede del latín motus, que se relaciona con aquello que moviliza a la persona para ejecutar una actividad. Es por esta razón, que la motivación se puede definir «como el proceso por el cual el sujeto se plantea un objetivo, utiliza los recursos adecuados y mantiene una determinada conducta, con el propósito de lograr una meta» (Naranjo, 2009).

La persona que no está motivada, no encuentra ningún interés en llevar a cabo acciones que lo conduzcan al éxito. Asimismo, se le dificulta establecer un plan de trabajo que lo encamine hacia sus metas y objetivos. Es por esto, que vivir de esta manera resta pasión, entrega e intención, porque se hacen las cosas por hacerlas, porque el sistema las exige o porque se sienten obligados, sin embargo no se disfruta lo que se realiza, porque simplemente no existe la motivación. Cuando se vive con motivación, se conoce la misión y la visión, y las acciones van dirigidas a llegar a eso que estableciste. El éxito no se mide en logros cuantitativos, sino en logros cualitativos; qué haces, que produce en ti satisfacción.


Por tanto, no puedes medir tu éxito con la misma medida del éxito del resto de las personas, porque este tiene que ver contigo y con tus proyectos de vida. Además, cuando pienses en éxito debes considerar el aspecto de qué es lo que te motiva, qué es lo que te mueve, te estimula y provoca, eso será tu norte hacia el éxito. Por esta razón, es fundamental que te motives, y para hacerlo te recomiendo lo siguiente:

1. Actúa como un niño, que va en busca de lo que le interesa.

2. Desarrolla estrategias para dirigirte hacia lo que siempre soñaste hacer en tu vida.

3. Identifica personas con tus mismos intereses personales y profesionales y nútrete de ellos.

¡Motívate!

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Referencia: http://www.redalyc.org/pdf/440/44012058010.pdf

Verónica González

M. Ed.

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10 cosas sobre mí


He visto últimamente la modalidad de compartir 10 cosas sobre tu vida, me animé a realizarlo para que conozcan un poco más de mí.
1. Soy compulsiva con la limpieza 🛏🚿🛁🖼

2. Me encantan los temas de moda y belleza 💅🏽👠💄👗

3. Soy estricta con la ortografía 📝

4. Disfruto salir a cenar 🍛

5. Últimamente he adquirido interés por las comunicaciones 🎙📰📺

6. Completé mi bachillerato en 4 años 📚🤓

7. Administré un centro educativo, lo que despertó en mí la pasión por el liderazgo 💻

8. Me gustan las bufandas y las agendas 📒

9. En los treinta disfruto más de usar tenis y trajecitos casuales, que ropa elegante y tacos 👟

10. Siempre dije que a mis treinta me cortaría el pelo (súper corto) y lo hice 💇🏽

¿Qué más les puedo decir? Muchas cosas, pero mientras disfruten de conocer un poco más de esta que les escribe y les comparte mensajes positivos. No olviden darle like a mi página en Facebook Blog Siembra La Buena Semilla y si deseas contactarme, me puedes escribir al inbox.

Bendiciones,Verónica 💕

Saca el líder que hay en ti 

El liderazgo se asocia con una posición de jefe, sin embargo, no siempre un jefe es líder. Es por esta razón, que hay muchas personas que tienen cualidades y destrezas de un líder pero al no tener una posición privilegiada, no asumen una postura de líderes. Es necesario que cada día se levanten más líderes, comprometidos y firmes. Los líderes son necesarios en todos los escenarios, desde el hogar, los trabajos, las iglesias, los grupos sociales, entre otros.

Si eres de las personas que piensas que eres líder pero no sabes cómo conducirte porque simplemente no tienes una posición; analiza en qué ambiente te desarrollas, qué haces y a dónde deseas llegar. Luego que realices este análisis, saca el líder que hay en ti. Los líderes poseen unas características que les identifican y les distinguen, no obstante, también existen diferentes estilos de liderazgo y cada uno de ellos poseen unas características propias de su estilo.


Sacar el líder que hay en ti, te ayudará a maximizar tus cualidades y a crear oportunidades de crecimiento y éxito. Para ser un líder, debes tener en cuenta lo siguiente:

1. Influyen: los líderes deben influir de forma positiva en los demás.

2. Aprenden: nunca dejan de aprender, son honestos intelectualmente, estudian constantemente y se autoadiestran.

3. Asumen responsabilidades: no le temen a los retos y las acciones que deban tomar.

4. Transforman: con sus acciones transforman entornos y actitudes.

5. Incluyen: hacen a otros partes de sus trabajos, aventuras y pasiones. Los motivan para así crear nuevos líderes.

Si algo hará la diferencia en tu vida, será liderar tus pasiones, aprender, emprender y ser un líder de impacto.


¡Saca el líder que hay en ti!

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¿Ahora qué?

Típicamente se espera que se logren ciertas cosas en nuestra vida a una edad determinada, pero ¿quién establece eso? Eso muchas veces lo establece la sociedad porque es lo normal para todo el mundo. Sin embargo, no debe ser así, nuestra vida es única y según nuestros valores, metas y deseos, trabajamos y alcanzamos lo que queremos a través de nuestros procesos y experiencias. Por tanto, no podemos pensar, que si a cierta edad no logramos lo que otros han logrado, somos fracasados. Por el contrario, nuestra vida es nuestro gran proyecto y somos entes capaces de seleccionar que queremos hacer en cada etapa que vivimos. 

Les cuento que me casé a los 27 años y confieso que yo misma me estaba presionando porque mis hermanas, amigas y conocidas se habían casado antes. Además, tenía el modelo de mi madre (que por cierto nos casamos a la misma edad) que me causaba un poco más de presión, porque yo bromeaba con ella, de que por poco se le iba la guagua. Es en ese momento de mis 27 años, que me doy cuenta que yo estaba en el mismo barco que mami Jajajaja. Pero esa presión que yo sentía era porque todos los que conocía se habían casado antes de esa edad, no obstante, no tiene que ser una norma casarse antes o después, simplemente es cuando llegue la persona indicada (que alivio cuando llegó mi amado esposo). 

Luego que uno se casa, comienzan a preguntar cuándo tendrás hijos, es como si fuera automático; pero es algo muy personal e íntimo, que se determina entre la pareja y tampoco tiene que existir una edad específica  para ese paso (bueno, no es que se deje para muy entrada en edad). Por otro lado, cuando ya trabajas y no terminaste la maestría o el doctorado, todos piensan que ya se te fue el tiempo porque estás trabajando, estás casado o casada, tienes hijos, etc. y comenzamos a pensar que no podemos lograr esa meta porque ya el tiempo pasó y no estamos en edad para eso.

¿Ahora qué? Ahora que miras tu vida, puedes estar pensando que se te pasó el tiempo para lograr tus metas, que ya a la edad que tienes no te podrás casar, tener hijos, conseguir un mejor empleo, comprar la casa que siempre quisiste o emprender el negocio de tu vida. Ya es tiempo de romper con esos paradigmas de esta sociedad, hay metas y sueños que se alcanzan en el momento que deseamos y otros que simplemente por decisiones o experiencias se atrasan un poco, pero eso no significa que debes desistir de ellos. 

Hoy vivo feliz; me casé a los 27 años con el amor de mi vida (porque supe esperar al indicado, el que Dios separó para mí), todavía no tengo hijos pero está en nuestros planes, estudié mi maestría, luego de 8 años de haber terminado el bachillerato, actualmente estudio el doctorado y próximamente comienzo en un puesto de liderato, como siempre lo anhelé y por lo cual trabajé. He tenido que esperar por el esposo que deseaba, por la casa de mis sueños, por el puesto que quería, pero con perseverancia y consistencia todo ha llegado en el tiempo perfecto de Dios y cumpliendo mis expectativas y no las de los demás. 

Y tú… ¿Ahora qué? 


Bendiciones, Verónica 

Sin ver nada

Últimamente he tenido unas experiencias bien particulares en los caminos que he recorrido, ¿recuerdan el de la playa? Ahora les contaré que me pasó esta vez de camino a llevar un tema  a un retiro de jóvenes, junto a mi esposo. Cuando Dios nos hace un llamado y decimos Sí, lo asumimos con todo y reto. 

El tema que nos tocó estaba pautado para las 10:30 pm, en la casa de retiro de Montaña Santa, por tanto, después de un ajorado día realizando muchas tareas, nos proyectamos salir de nuestro hogar a eso de las 8:30 pm. Aproximadamente a las 8:00 pm, nos llama la persona contacto del retiro, para decirnos que debíamos salir en ese momento hacia el mismo, porque había mucha neblina y era complicado ver el camino.  Después de esta llamada nos dimos prisa y salimos de nuestro hogar, rumbo al lugar a donde nos envió Dios. Todo iba bien hasta que tomamos la ruta de Guavate. Ahí comienza esta travesía que para mí fue estresante y casi traumática (Jajajaja). 

Cuando comenzamos a subir, a subir y a subir, la neblina era tanta, que yo no veía el camino y eso me causó un poco de ansiedad, gracias a Dios, mi esposo veía y estaba tranquilo. Yo sentía que no llegábamos a ningún lado, que el camino no nos conducía a un destino, porque mientras más subía, más curvas habían y la neblina no dejaba ver absolutamente nada. Cuando les digo nada, es nada, es como caminar con los ojos vendados, no saber a donde se llega. Sin embargo, tenía que estar atenta al camino para poder ver el letrero que nos indicara que habíamos llegado. Ciertamente, no conocíamos la ruta, pero algo mayor nos llevó a salir de nuestra casa un sábado en la noche. 

El camino se tornó difícil, incómodo e incierto, era algo que no sé cómo describir, tenía una mezcla de temor y desesperación. No obstante, mi esposo iba tan enfocado, que él no permitió que lo que yo sentía le afectara, por el contrario, asumió una postura de serenidad y de apoyo hacia mi. Mientras íbamos subiendo, llegó un momento que no teníamos nada de señal, así que se podrán imaginar como reaccioné, ahí me sentí desprotegida y vulnerable ante los factores que me rodeaban. Pero mi tarea era estar atenta al letrero para llegar a Montaña Santa, es por esta razón que traté de serenarme y comencé a mirar hacia los lados para no perder de vista el letrero. 


Después de casi 30 minutos (para mí fue una eternidad), vi el letrero y me sentí más tranquila. Pero les cuento; no llegamos rápido, había que subir más y más, pero estábamos enfocados en que teníamos que llegar porque hasta allí nos llevó Dios. Este camino, me hizo reflexionar en que muchas veces no veremos el lugar donde Dios nos quiere llevar pero debemos continuar, aunque sea difícil el camino debemos continuar para así cumplir su propósito. Pero más aún, me hizo pensar en el llamado, cuando tenemos un llamado de parte de Dios, no importa el camino, debemos permanecer y resistir hasta llegar. 

Cuando llegamos, sentí un alivio en mi corazón y mi esposo me decía: «hasta donde Dios nos ha traído, todo lo que hacemos porque Dios nos ha llamado, Dios nos llamó y Él nos protegió». Así mismo fue como me sentí; protegida en medio de todo esta travesía, amada y cuidada por Dios. Luego leí versículo de Josué 1:5-7 y me reafirmó que Dios estaba conmigo, que solo tenía que ser valiente y tener ánimo. En la obediencia siempre habrá bendición y cuando Dios nos llama, su cobertura y su favor nos acompañan.


El llamado de Dios en ocasiones, se torna difícil, incierto y cuesta arriba (así como ese camino hacia montaña Santa) pero cuando decimos Sí, lo aceptamos con todo lo que implica. En mi humanidad sentí miedo, angustia y desespero, pero Dios me recordó que debo confiar, mantener la calma e ir a donde Él me llame. Si te ha pasado como le pasó a Jonás, Jeremías, Gedeón o quizás como a mí, tranquilo porque es parte del proceso y de nuestra humanidad. Pero nunca dudes de asumir el llamado, de decir Sí y seguir. Sin ver nada, sigue porque Dios te ha llamado, irá contigo, te respaldará y te acompañará. Al final, llegamos y compartimos una palabra poderosa con ese grupo de jóvenes y vimos el cumplimiento del llamado de Dios. 

Josué 1:5-7 yo seré contigo como fui con Moisés; no te dejaré ni te abandonaré.
1:6 Esfuérzate y ten ánimo, porque tú has de introducir a este pueblo a posesionarse de la tierra que a sus padres juré darles.
Esfuérzate, pues, y ten gran valor para cumplir cuidadosamente cuanto Moisés, mi siervo, te ha prescrito. No te apartes ni a la derecha ni a la izquierda, para que triunfes en todas tus empresas.

Fuente: imágenes de Google 

Ese camino no me gusta 

Hay momentos en la vida, en los que llegamos a caminos visualmente desagradables y cuando los vemos, rehusamos a atravesarlos porque simplemente son caminos que no nos gustan. Sin embargo, vemos solo ese camino sin ver lo que se encuentra más adelante. Son esos lugares de transición los que nos dejan enseñanzas y huellas que nos marcan y nos hacen entender que el camino difícil traerá una gran bendición. 

En estos días estuve de vacaciones con mi familia y decidimos ir a una playa un poco escondida. Era un recorrido de aproximadamente 10 minutos caminando; pensamos en lo que teníamos que cargar y como sería el camino, pero decidimos lanzarnos a la aventura y comenzamos a caminar. Las cosas pesaban y mientras nos adentrábamos, el olor del camino no era muy agradable, pero aún así continuamos. Seguimos caminando, hablando, tirando fotos y de vez en cuando tapándonos la nariz (era necesario). De repente llegamos a la playa Medio Mundo en Ceiba y cuando vimos el camino para llegar hasta el agua, nos causó un poco de desilusión porque no era lo que esperábamos. Era un camino «feo» y había que atravesarlo para poder llegar.


Cuando mirábamos hacia el agua, se veía clara, las personas estaban disfrutando del día de sol y todo estaba perfecto para tener un excelente día de playa. No obstante, saltaba a mi mente que tenía que caminar por allí para llegar a mi destino final. Pero todos queríamos disfrutar de ese día, así que comenzamos a caminar por el camino «feo» y llegamos hasta el agua. En ese momento vimos el agua mucho más clara, a una temperatura agradable y un ambiente totalmente relajante. 


Esto nos llevó a reflexionar en que hay momentos en la vida, en que solo vemos el camino poco agradable, el difícil, el feo o el intimidante, sin saber que llegaremos a un lugar mucho más hermoso, claro y de mayor bendición. Existirán caminos que no queramos emprender, pero serán necesarios para capacitarnos, para equiparnos y para prepararnos para lo próximo que vendrá. No podemos mirar de lejos y decir: mejor no paso por ahí porque no me gusta, es necesario que asumas con valentía el camino que te ha tocado, para que puedas alcanzar el objetivo y el propósito que te promoverá. 

Los caminos que denominamos negativos, son caminos de transición, los cuales no se deben evadir porque tienen un gran propósito. Cuando pasamos procesos difíciles, habrán  caminos y temporadas de desiertos y escasez; no renuncies a ellos porque ellos te llevarán al camino de victoria y abundancia. Si no hubiésemos decido seguir el camino hacia la playa porque lo que cargábamos pesaba, no hubiésemos llegado a ese hermoso lugar, si al momento de ver el camino previo a llegar a tener contacto con el agua hubiésemos renunciando, tampoco llegaríamos a disfrutar de la ricura de agua que disfrutamos, y solo por lo feo y desagradable que era para nuestros ojos. 

Cuando llegué y toqué el agua, no solo fue experimentar la hermosura y lo refrescante de ella, fue sentir una arena suave en mis pies que me hizo sentir relajada y en paz. El camino difícil y feo, fue el escenario para llegar al camino agradable y hermoso que deseaba. Por esta razón, no dejes de caminar aunque veas el camino difícil y desagradable, camina, esfuérzate, da un paso más, resiste porque llegarás al camino que fue creado para bendecir tu vida. 

 

Versículos para reflexionar:

Deuteronomio 5:33 seguid en todo los caminos que Yavé, vuestro Dios, os prescribe, para que viváis y seáis dichosos y duréis largos años en la tierra que vais a poseer.

Deuteronomio 31:8 y Yavé marchará delante de ti, estará contigo y no te dejará ni te abandonará; por esto no has de temer ni acobardarte.

Fuente: imágenes de Coralys A. Sánchez González